Dos de los eslabones más codiciados que todos queremos resguardar en nuestras vidas, analizados desde “El lenguaje de la moda”.
Un título prometedor, donde basta
uno de los componentes para que cualquier individuo se deje volar por su
imaginación, por más llana que parezca, pero estas unidades juntas parecen
explotar nuestras ideas más eróticas, sexuales, interpretativas, sensoriales, y
¿por qué no?, históricos.
Bueno querido lector, nada de eso
sucede en el capítulo 9 de el libro “El lenguaje de la Moda, una interpretación de las
formas de vestir” de Alison Lurie. Y escribo “sucede”, porque seguramente desde
su primera edición en 1994 debe haber sido radical y trasgresor en materia de
censura social y de tabúes. Pero desde una mirada actual, no demuestra más que
una bajada jerárquica de interpretaciones perceptivas personales.
La manera de referirse a determinados estatus sociales, de describir comunes orientaciones sexuales, de clasificar percepciones orientales a cada sexo, y de delimitar estereotipos subjetivos tal vez haya sido una manera de brindar información vanguardista, propia de aquel en entonces.
Tal vez por el contexto socio-
cultural que atraviesa la población a nivel mundial, que involucra de manera
masiva, de distintos aspectos a todas las generaciones podemos interpretar el
texto como una suerte de adoctrinamiento de moda.
Resulta interesante interpretar los conocimientos de la época, distintas creencias de común denominador, descripciones concretas sobre maquillaje, texturas, prendas, tipologías, cabello, tipos de piel, y sus análisis de costumbres pasadas.
Permiten sumergir al lector, una vez que logra disociar las primeras impresiones que la lectura genera, en el poder disfrutar con gran goce y deleite, una suerte de película que genera nuestro imaginario, donde nos remonta, narrando una historia que creíamos conocer, que parece ser tan cercana, pero donde la información vivenciada entre cada una atraviesa abismos de distancia.
Podemos notar un gran esfuerzo en
recopilación de registros e información histórica, que nos brinda la
posibilidad de conocer y entender el porqué de tantas cuestiones que hasta el
día de hoy repercute de las maneras menos pensadas.
Y este capítulo no es excluyente:
La moda y el sexo son parte de la historia de la humanidad, se adaptan,
renuevan y reinventan conforme a la sociedad, logrando que en un futuro, no muy
lejano, esta nota no sea más que otra lectura obsoleta.
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