Referencia: Libro "Los cuerpos dóciles" de Paula Croci y Alejandra Vitale. Capítulo 3.2.1 "El gobierno del cuerpo de Bryan Turner"
Las mujeres siempre fueron
cosificadas en base a su cuerpo, y esto no comienza ahora sino hace muchos años
atrás.
Se encontraban bajo un conjunto de
presiones morales, económicas, de estatus, de moda que forjaron a que tuvieran la necesidad de moldear sus cuerpos con corsés. Una forma en
la que la mujer se encontraba obligada, ya que si no era despreciada y mal vista.
Hoy en día no se recurre al corsé para moldear nuestros cuerpos, sino a la desgadez conseguida por la dieta o el
ejercicio físico. De cierta manera, la
sociedad, ajusta ciertas normas de
belleza que se presumen atractivas hacia los demás. La mujer se encuentra
sumisa en una sociedad organizada alrededor de valores e instituciones
patriarcales.
Es por ello que ciertos argumentos
que refleja el capítulo, son interesantes para comprender la sociedad en la que
vivían ciertas mujeres y la que actualmente se está intentando cambiar para que
las generaciones futuras no sufran por conseguir ciertos estereotipos de belleza.
Siendo el concepto de algo o alguien “bello” un aspecto totalmente subjetivo y
que no debe cargar con ser algo a conseguir o aspirar.
Según lo que remarca el texto, “la
anorexia es un esfuerzo por negar la sexualidad y, con ello, retener una
inocencia infantil evitando la menstruación.” Dicho esto, mencionamos un
pensamiento que es sumamente erróneo debido a que realmente se trata de una
enfermedad a la que recurre la mujer al verse sujeta a determinados estereotipos
de belleza.
Hablamos de una enfermedad que debe
ser tratada pero que no se define por un “esfuerzo por negar la sexualidad y
retener una inocencia infantil”, ya que muchas mujeres no son conscientes de esto,
pero sí de aquello a lo que se ven sometidas a conseguir para no ser
discriminadas, criticadas o rechazadas por su entorno.
Desde niñas uno está acostumbrado a ver
modelos flacas y perfectas. En cambio si estuviésemos acostumbradas a ver
diversidad en ello, la forma de querernos y ver a los demás sería distinta. Los
casos de anorexia y bulimia se reducirían en gran escala.
Hoy en día, tanto las personas como
las marcas de indumentaria intentan generar este cambio en los estereotipos. Y
la mujer ya no se ve como una “cosa de fertilidad” o “una esposa que mantener” sino
como una persona fuerte, luchadora por sus valores y que desea hacerse respetar
por su entorno, el cual aún se encuentra regido por normas machistas. Busca la
igualdad en diversos aspectos, no sólo en lo social sino también en lo
laboral.
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