Podemos coincidir en que la moda fue cambiando a lo largo de los años más actuales, pero desde siempre el modo de vestir de una persona marca su estilo de vida. Antes, en el Antiguo Egipto sólo personas de alta posición podían utilizar sandalias y si bien hoy no es una cuestión de leyes, no cualquiera puede costear un par de zapatillas de la marca italiana, Gucci o un tote bag de Louis Vuitton. Sin embargo, las personas tratan de vestirse bien ya sea para encajar en la sociedad actual, para sentirse con la confianza suficiente para ser incluido y poder relacionarse con gente de mayor status.
Como sociedad, prejuzgamos a las personas por cómo
están vestidas, si tienen un ítem de alguna marca internacional o analizamos el
look en busca de alguna prenda que hayamos visto en el shopping, por ejemplo,
cada vez que utilizo algo de la marca Zara,
una de mis mejores amigas (quien ya comienzo a creer que recorrió todos sus
locales al menos en Argentina) me pregunta: “Eso es de Zara, ¿no? Porque sé que
lo vi en el Alcorta”.
A su vez, le damos mucha importancia a lo que usan las celebridades, hoy en día existe una empresa dedicada a tomar cada look de la estrella del reality show “Keeping Up With The Kardashians” Kim Kardashian y la fabrica masiva-mente, esto se conoce como fast fashion, se utiliza materia prima de menor calidad por lo que también baja el precio de sus productos, pero se venden como pan caliente y la gente, al menos a corto plazo queda satisfecha porque comparten un look con su ídolo.
La moda no se trata solamente de verse bien, sino
sentirse bien con uno mismo, y de a poco ciertas personas se están revelando
contra los estereotipos de la belleza que datan de hace años que nos encasillan
en “altos y delgados = perfección”.
La
moda se ha vuelto más inclusiva y andrógina y las líneas de ‘outfits para un género
determinado’ cada vez son más borrosas, ya en la década de los 70 y 80 donde artistas
como Elton John y Freddie Mercury le demostraron al mundo que mientras uno se
mantenga fiel a sí mismo, puede hacer lo que desee, así sea usar maquillaje,
10kg de glitter o plataformas de
todos los colores.
En el siglo XIX la gordura significaba riqueza y status alto, luego fue en los ’00 que Kate Moss dijo “Nada sabe mejor que la delgadez”
y en ese momento nadie estaba más arriba que la supermodelo, pero es hoy en día
que todo cambió, ya no importa si uno es flaco, gordo, bajo o alto, muchas
marcas se están sumando a la expansión de talles para no dejar a ningún tipo de
cuerpo fuera.
La realidad es que la moda ha sido re interpretada y
usada como sinónimo de libertad desde hace tiempo ya, antes solo la burguesía
y la nobleza tenían acceso a ciertas telas como la seda o determinados colores,
y si bien todavía existen diseños exclusivos para cierto porcentaje de la
sociedad, esos mismos diseños se fueron transformando y adaptando al estilo de vida actual
y necesidades de las personas produciendo prendas en base a las últimas tendencias
al alcance de la mayoría de las mismas.
Comentarios
Publicar un comentario