Uno se pregunta
cómo la indumentaria puede reflejar la situación política, económica y social
de un período determinado y es muy simple. A través de la historia
se puede ver como la moda se adaptó a las situaciones que ocurrían en la
sociedad.
La industria de
la moda se nutre del contexto mundial actual, no solo para lanzar al mercado
nuevas “modas”, si no también para revalorizar aspectos culturales. Hoy en
nuestro país se habla de términos como slow fashion o moda sostenible, la cual
es una filosofía de consumo responsable, habla de comprar calidad en vez de
cantidad para que las prendas tengan una vida útil de varias temporadas. Cada
vez hay más emprendedores y diseñadores de autor, que surgen a partir de
esta filosofía, para concientizar sobre la situación actual del país,
acompañar este nuevo paradigma, y trabajar de manera más consiente para el
bienestar del medio ambiente y el consumismo. Se puede decir que a partir del
diseño de autor, el sistema de la moda argentino empieza a adaptarse a las
nuevas condiciones que el contexto social presenta. A su vez, existe una lucha
sobre la igualdad de género de la mano del movimiento feminista donde se busca
que las mujeres y los hombres sean tratados equitativamente. Hay marcas que
apoyando este movimiento. Así es como empiezan a trabajar sus prendas de forma unisex, donde
los colores y las prendas no determinen un género, donde
puedas ser libre de usar lo que quieras con total libertad.
En épocas de
guerras, como fue en 1940 con la segunda guerra mundial, la moda cambio y se
adaptó a las circunstancias. Los hombres se iban a la guerra y las mujeres
tuvieron que salir a trabajar, ocupar los puestos vacíos en la industria. La
materia prima era escasa, por lo que se recurrió a racionalizar las prendas y a
hacer ropa funcional que durara más de una temporada, por lo que la sastrería
militar se había adoptado como prenda cotidiana. Por lo
tanto, los diseñadores estaban forzados por dicha escases a eliminar elementos
de sus diseños como por ejemplo: los bolsillos extras, dobles pecheras y debían
reducir el ancho y largo de las faldas.
En 1970, con el “flower
power” adoptado por el movimiento pacifista conocido como el hippismo, unidos
bajo el lema de “haz el amor y no la guerra”, se empezó a utilizar la ropa de
modo unisex, la cual marcaba la igualdad entre hombres y mujeres. Los
pantalones empezaron a ser utilizados con mucha más frecuencia por las jóvenes y los hombres llevaban bufandas y colores brillantes, que en décadas
anteriores, estaban reservados para las mujeres.
Hoy en día teniendo en cuenta que este hecho se repite en cada década, los diseñadores tienen que estar al pendiente de las noticias actuales. En
un país con crisis económica, como lo es Argentina, donde cada día hay más inflación, donde la moneda nacional se
devalúa, se vuelven a observar estos cambios.


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